Final Copa Davis 2011: ofrecer el alma deportiva
España vs. Argentina, por el título en Sevilla
• Con España 2-0, el doble quedó en poder del seleccionado argentino en la final mundial 2011: David Nalbandian y Eduardo Schwank derrotaron a Fernando Verdasco y Feliciano López en sets seguidos.
"La obsesión frente a la costumbre”, tituló un diario sevillano en su nota de anticipo de la final de la Copa Davis 2011. La clara cita al anhelo argentino y el envidiable contraste con los títulos conseguidos por los ibéricos -tantos en tan pocos años- puso en órbita toda clase de conjeturas. ¿Los visitantes estaban en condiciones de pelearla? La cuestión comenzó a clarificarse desde las 14.13 -hora de Sevilla- del viernes 2 de diciembre de 2011. Allí tomó carrera otro capítulo de la mayor ilusión del tenis argentino a nivel selección y, como las anteriores (1981, 2006 y 2008), el final se desvaneció en ese vacío extremo, imposible de describir, que genera la derrota.
Incluso con los gestos quebrados de los jugadores, testigos más cercanos de la dolorosa entrega de trofeos para quien le toca perder, la caída en tierra hispalense tuvo una lectura estimulante. "Sabíamos que enfrente estaba el mejor equipo del mundo en canchas lentas", repitió una y otra vez Modesto “Tito” Vázquez, el capitán argentino.
A pesar de las “encuestas” con los números en contra, sus dirigidos fueron "a por ellos", como dicen los españoles, y no estuvieron tan lejos en lo deportivo. Rafael Nadal, el tenista más notable de todos los tiempos en canchas lentas, no llegó en su plenitud física luego del Masters en Londres: con dolores en el músculo tibial de la pierna izquierda, fue infiltrado para el primer punto contra Juan Mónaco y salió adelante. Lo mismo el domingo, para un compromiso tan significativo contra Juan Martín Del Potro, que terminó como una obra maestra digna de la Copa Davis. "Sabía que era mi momento, mi día y creía en mí mismo", aseguró el español al repetir la hazaña en esa sede, como en 2004, su bautismo en títulos gigantes.
"Un campeón como Nadal no falla", decía el glorioso Manolo Santana cuando el equipo local festejó, hasta las 6.30 del lunes siguiente, en la discoteca Antique. La celebración tuvo un gusto agridulce para Nadal, pues su abuelo se había quebrado la cadera al caerse de las gradas en el Estadio Olímpico y fue llevado de urgencia a Mallorca. Atrás el susto, el balear cenó con sus compañeros en el pintoresco Abades Triana, a orillas del río Guadalquivir. También bailaron y cantaron el "himno" en su honor que interpretó el cantante Álex Ortiz, escoltados por el entrenador Francis Roig -ayudante del capitán hispano-, los sparrings Marc López y David Marrero, y exjugadores como Carlos Moyá y Alberto Berasategui.
Para el tenis español, el desencanto de cara al futuro llegó en la rueda de prensa post-triunfo: Nadal, Ferrer, López y Verdasco estuvieron de acuerdo: "Es imposible que se repita lo que conseguimos, porque no creo que formemos otra vez juntos", aseguraron.
De manera paralela, dudaban de la continuidad del capitán Albert Costa y sonaban los nombres de Carlos Moyá y Alex Corretja para sucederlo. Lo mismo que en el sector argentino, donde a Vázquez se le terminaba el contrato con la AAT y se abrió una bolsa de candidatos: Martín Jaite, Gabriel Markus y Mariano Zabaleta.
Todos se preguntaron si había vida para los españoles luego de la quinta conquista de Copa Davis, pues a la potencial baja de sus mejores representantes suponía desmembrar una generación dominante. "La Roja", como se conoció a ese grupo, apodada por la prensa española como "el mejor equipo del siglo", se disolvió luego de tres títulos. Las metas individuales, el calendario del circuito ATP, los Juegos Olímpicos de 2012 y algunos debates internos, agotaron a ese bloque que llegó a funcionar de manera compacta.
Según Emilio Sánchez Vicario -exjugador y capitán español- la problemática no debía ser tan dramática: "Es verdad que es la mejor camada y superó a la anterior, que también tenía tenistas Nº 1. Es complicadísimo, pero no diré que no pueda existir otro grupo de este nivel. El relevo está en los que ahora tienen cerca de 19 años, la generación del 1992 y 1993".
Se refirió a chicos como Javi Martí, Roberto Carballés o Pablo Carreño, por ejemplo, que en ese instante transitaban el camino de desarrollo profesional (todavía no aparecía en el horizonte Carlos Alcaraz, quien rompió con los pronósticos más optimistas). Para Jordi Arrese -otro excapitán-, encontrar un conjunto tan homogéneo como ese le parecía "casi imposible".
Nadal, cuyo objetivo luego de la definición era ser competitivo y sentir que podía ganar todos los torneos que jugara el año siguiente, dejaba atrás -al menos de manera temporal- a la Copa Davis. Quería enfocarse en estar bien de físico, olvidarse de las infiltraciones y los dolores crónicos. No en vano escribió en su libro: "Sé que cuando mi carrera acabe no seré un hombre feliz", en alusión a esas torturas. Su historia en la Copa Davis, pase lo que pase, quedó escrita con letras de molde.
Sevilla fue la ciudad talismán, tal cual se proclamó desde su postulación. A pesar de que la gente despotricó contra el presidente de la Junta de Andalucía -que no apoyó la presencia de la Copa Davis al oponerse a financiar las obras-, la metrópoli ganó en todos los sentidos: los hoteles rozaron el 80% de ocupación, los comercios vendieron un 35% más con respecto al mismo fin de semana del año anterior, 8.933 pasajeros subieron a los colectivos durante los tres días hasta el estadio y 12.700 boletos se vendieron en el tren de la línea Cercanías C-2.
De todas formas, la crisis europea se hizo notar en ciertos puntos: en el aeropuerto, por ejemplo, los trabajadores negociaron hasta entrada la noche del jueves previo a la final para lograr una salida a un conflicto laboral, las amenazas de huelga mantuvo en vilo a los organizadores de la Copa Davis y, antes del sorteo, un grupo protestó en la puerta del Casino por los despidos colectivos ("No a los eres encubiertos del Ayuntamiento").
El Estadio Olímpico de La Cartuja, que se construyó para el Mundial de Atletismo de 1999 (aunque fue inaugurado con un partido de fútbol entre España y Croacia), pasó la prueba con lo justo, pues las obras continuaron hasta minutos antes del arranque. Nos hizo acordar a una situación similar en Málaga 2003. La multitud que se sentó fuera las gradas que cercaban la cancha no quedó conforme, pues la lejanía transformó la experiencia en algo surrealista: era como ver que todo transcurría en otra dimensión, en otro lugar, como algo imaginario. Una de las mejores periodistas españolas, Neus Yerro, del diario Sport, lo graficó desde su asiento en esa zona: "Es como una partida de Atari, con dos puntitos, uno rojo y otro azul, desplazándose a ambos lados, adelante y atrás".
Y en eso nada tuvo que ver el manejo de prensa, a cargo de nuestro querido Pedro Hernández (y su staff: Manuela, Victoria, Rafael, Eva, Raquel, Estrella, Tania, Javier y Pablo, todos correctísimos), sino un mix de dificultades con las ubicaciones, donde mediaron la Real Federación Española de Tenis, la Federación Internacional (ITF) y los intereses de la comuna, e incluso involucró a la Asociación Argentina de Tenis, que presentó sus reclamos.
Todo concluyó al fin. De vuelta a su Tandil, Del Potro aprovechó la red social Twitter para agradecer el trato recibido: "Felicitaciones al equipo español y muchas gracias a España por el respeto y el cariño que me brindaron", sin resquemores. Nosotros también regresamos, con las cuatro horas de jet lag (1) a cuestas. Fuimos con optimismo y una gran expectativa a pesar del duro reto que se le avecinaba a los protagonistas. La cuarta final sumó dramatismo y exaltación, porque en la arena andaluza nuestros jugadores ofrecieron su alma deportiva. Por eso, volvimos sin renegar de nada.
Grupo Mundial - Final
España a Argentina 3-1
Estadio Olímpico La Cartuja, Sevilla, España, polvo de ladrillo indoor
2-4 diciembre 2011
Rafael Nadal (ESP) a Juan Mónaco (ARG) 6-1, 6-1 y 6-2
David Ferrer (ESP) a Juan Martín Del Potro (ARG) 6-2, 6-7 (2), 3-6, 6-4 y 6-3
David Nalbandian/Eduardo Schwank (ARG) a Fernando Verdasco/Feliciano López (ESP) 6-4, 6-2 y 6-3
Nadal a Del Potro 1-6, 6-4, 6-1 y 7-6 (0)
No se jugó el quinto punto
* Puppo estuvo presente en la final mundial 2011 disputada en Sevilla.
(1) Descompensación horaria o síndrome de los husos horarios, un desequilibrio producido entre el reloj interno de las personas (periodos de sueño y vigilia) y el nuevo horario que se establece al viajar en avión a largas distancias y atravesar distintas regiones horarias.
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